Nos pasamos la vida construyendo ideales, buscando la manera que crear un mundo perfecto par nosotros, trazando metas que no sabemos si realmente lo son. Porque, si bien es cierto que en la vida debemos proponernos objetivos claros que nos motive a crecer como seres humanos , no es menos cierto que en ocasiones soñamos con grandes y utópicas "metas", sueños, anhelos, esperanzas, etc; que al correr de los año sólo nos dejará un mal sabor de boca, mucho cansancio y lo peor de todo la idea de ser unos fracasados; y no, porque la lucha y dedicación haya sido insuficiente, sino porque esa fulana meta, no se correspondía con la realidad, con lo que somos, tenemos y sobre todo lo que realmente queremos.
No podemos dejar de poner los pies sobre la tierra, si quiero amor en mi vida y una pareja que me comprenda y respete, debo comenzar por quererme, respetarme y aceptarme, nadie podrá jamas querernos tanto como nosotros mismos. Si entendemos e interiorizamos ésto, se terminará el abuso interpersonal.
Para tener buena salud no basta con ir al especialista cuando nos sintamos quebrantados; se debe ser constante en el cuidado del organismo, que es el regalo de nuestro padre creador. Comprender que la buena alimentación es necesaria, que tomar agua es indispensable para el organismo y que las revisiones médicas son necesarias y preventivas, mas que obligatorias, así, con una buena salud podremos ofrecer tiempo de calidad a quienes nos rodean.
Por ultimo, el tan anhelado dinero, que es indiscutiblemente necesario, no voy a decir, que el dinero no hace la felicidad, que es sólo papel, que como viene se va; porque a pesar de que todo es cierto, no se puede negar que hace falta, pero el dinero bien habido, ése que nos ganamos sin perjudicar al otro, el que cualquiera de nosotros puede obtener porque todos, absolutamente todos tenemos la capacidad de ser-hacer-conocer.
Tenemos todo para encontrar lo que buscamos, no hagamos difícil el camino, no perdamos tiempo ni energía en querer alcanzar lo que no se ajuste a nuestra realidad; que no quiere decir que no soñemos ni tengamos ilusiones.
Debemos aprender a distinguirlas de las metas u objetivos claros que realmente debemos alcanzar